Los agentes controlarán la velocidad a la que circulan los vehículos de transporte de mercancías y personas, las horas de conducción y descanso, el tacógrafo, el exceso de peso, los posibles defectos técnicos del vehículo o la seguridad de la carga transportada.
También comprobarán que la documentación del vehículo y del conductor es la correcta, que la conducción no se realiza bajo los efectos de alcohol u otras drogas o que todos los ocupantes del vehículo hacen uso del cinturón de seguridad.
La vigilancia se realizará en toda clase de vías y a cualquier hora del día.