
En octubre de 2012, el Gobierno francés había retrasado, a marzo de este año, multar a los conductores que no llevaran un alcoholímetro a bordo, ante los problemas de suministro por el crecimiento de la demanda y la fuerte subida de precios.
La medida, que afectaba a conductores de coches, furgonetas, camiones e incluso motocicletas de más de 125 centímetros cúbicos, tenía una sanción de 11 euros si no se llevaba en el vehículo.
Según datos oficiales, el 30% de las muertes en carreteras francesas se deben al alcohol. De hecho, el pasado año murieron 3.645 personas en accidente de tráfico, 318 menos que en 2011, lo que representa la cifra más baja desde que se recopilan estos datos.
No obstante, la decisión será sometida a consulta del Consejo Nacional de Seguridad Vial, de las asociaciones de conductores y víctimas de la carretera.
La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha emitido un comunicado al respecto en el que señala que, más que una derogación, es un aplazamiento de la norma, y recomienda llevar a bordo el dispositivo homologado para evitar malentendidos.
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