
El parón de actividad responde a los cierres temporales de los negocios de reparación y mantenimiento, y coincide además con una época tradicionalmente fuerte para los talleres, como es la Semana Santa y el puente de mayo.
Por otro lado, la situación de confinamiento en los hogares y las restricciones de movilidad, que provocarán un descenso en el rodaje de los vehículos de más de un 15% en el conjunto de 2020, lo que impactará en el sector pues cuantos menos kilómetros se hacen, menos mantenimientos y reparaciones se requieren.
Las previsiones de Solera dibujan una vuelta a la normalidad en el sector una vez el estado de alarma concluya.
En este sentido, está previsto un repunte del negocio del 2% en los talleres en agosto, debido a la recepción de los mantenimientos de mecánica pospuestos, así como a una campaña de verano, que se concentra habitualmente en julio, y que este año también se extenderá a agosto para poder atender la demanda retenida.