
Esta nueva instalación, en cuya construcción se invertirán 14 millones de euros, forma parte del plan Futur-e de Endesa, que tiene como objetivo generar nueva actividad económica industrial en el Bierzo (León), comarca a la que la compañía está muy vinculada por su actividad con la planta térmica que se encontraba en Cubillos del Sil y que está actualmente en desmantelamiento.
Novolitio responde a la necesidad actual de disponer de una solución de economía circular para la recuperación y el reciclaje de componentes de las baterías de litio de los vehículos eléctricos, y es una apuesta por el desarrollo sostenible y la protección medioambiental.
La primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en la Península Ibérica se ubicará en el Polígono Industrial El Bayo, en Ponferrada, y su construcción está previsto que inicie en el segundo semestre de 2023.
La nueva instalación, que ocupará una superficie de 15.000 metros cuadrados, contará con la última tecnología a escala industrial gracias a un programa de I+D que ha permitido implantar mejoras en las diferentes soluciones de extracción, diagnóstico, descarga y reciclaje de los componentes de las baterías.
La planta permitirá identificar aquellas baterías que tienen todavía un uso adicional, a las que será posible dar una segunda vida, y para el resto se llevará a cabo un proceso de extracción de los elementos que las componen, valorizando cerca del 90 % de todos.
Novolitio responde a la necesidad actual de disponer de una solución de economía circular para la recuperación y el reciclaje de componentes de las baterías de litio de los vehículos eléctricos
Productos recuperados
Novolitio será la encargada de gestionar la recogida de baterías eléctricas en España y Portugal, almacenarlas y transportarlas a Cubillos del Sil, para su posterior tratamiento en las nuevas instalaciones, donde aquellas baterías que no se puedan reutilizar se descargarán eléctricamente, se desmontarán y se someterán a un proceso de separación y trituración.
Esto permitirá reciclar los materiales presentes, como aluminio, cobre y plásticos, así como el “black-mass”, que constituye la fracción rica en metales estratégicos, de gran valor en Europa, como son el cobalto y el níquel, ambos esenciales para la fabricación de baterías. El uso de metales reciclados reduce significativamente la huella ambiental de las nuevas baterías haciendo más sostenible su proceso de producción.
La planta, uno de los proyectos aprobados por el Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León, las alcaldías de Ponferrada y de Cubillos del Sil, y la Universidad de León, llegará a reciclar 8.000 toneladas de baterías al año, generando unos 50 empleos directos para su operación.