
El pasado 20 de marzo se produjo un socavón en esta vía, lo que obligó a su cierre total al tráfico. Desde entonces, la única alternativa viable para los vehículos, sobre todo los de transporte pesado, es la AP-6. Para la CETM, "de manera incomprensible, se sigue obligando a los transportistas a asumir el coste del peaje, cuando la situación debería haberse resuelto eximiendo del pago mientras dure la incidencia".
Pese a que tanto el jueves como el viernes la concesionaria Abertis decidió levantar la barrera del peaje para facilitar el trasvase de los vehículos hacia la autopista, a partir del fin de semana se empezó a exigir el cobro del peaje, ocasionando una importante congestión en el acceso a las cabinas.
Entre los principales afectados están los más de 2.000 camiones que a diario circulan por la N-VI para atender muchos de los tráficos que conectan el centro de la península con el Noroeste, los cuales deben soportar un sobrecoste de 20 euros para circular por un túnel de apenas cuatro kilómetros de longitud, teniendo en cuenta que dicha concesión tiene una de las tarifas más altas de toda España.
Libre circulación por la autopista AP-6
La CETM considera "indignante que el Ministerio de Transportes no haya exigido aún a la concesionaria la libre circulación por la autopista en este tramo, más aún cuando se trata de una situación de fuerza mayor que perjudica de forma grave al sector del transporte de mercancías por carretera".
Como viene recordando con asiduidad la CETM, "el transporte de mercancías es un servicio esencial y no puede verse penalizado por circunstancias sobrevenidas y ajenas a su responsabilidad. Por ello, instamos al ministerio a que tome cartas en el asunto y garantice que la circulación por la AP-6 sea gratuita hasta que se restablezca la normalidad en la N-VI".