Estanterías vacías en los supermercados, broncas y peleas en las estaciones y áreas de servicio por conseguir las últimas gotas de combustible, colas de varias horas para poder repostar (y no conseguirlo)…los que votaron sí al Brexit no se imaginaban este escenario tan poco halagüeño. Y va a peor: para estas navidades, varios sectores de actividad (el alimentario o el de juguetes, por citar sólo dos) ya están avisando de que es posible de que no vayan a poder satisfacer la alta demanda. Y no es por falta de materias primas, sino por la falta de conductores.
Varias voces definen ya la situación actual como la tormenta perfecta: los efectos de la pandemia de la Covid-19, la subida del precio del gasóleo (y electricidad, que también afecta al transporte), las duras condiciones de trabajo de los conductores, los sueldos y, en el caso de los británicos, su decisión de salir de la Unión Europea, unido a la ya falta de conductores anterior al Brexit, han dado las primeras alarmas. Y lo que se espera no es una mejoría.
“El Gobierno de Boris Johnson puede decir que no se podía saber, pero la asociación de transporte internacional del Reino Unido lleva diciendo antes, durante y después del Brexit lo que iba a pasar. Me temo que es un ejemplo de lo que también puede pasar aquí y en otros países: es decir, se deja la cosa hasta que estalle y luego se toman medidas desesperadas que, a veces, parecen un pollo sin cabeza, como ofrecer visados a inmigrantes temporales, utilizar el Ejército para suplir la falta de actividad…mucho me temo que esto puede llegar a pasar aquí” opina Ramón Valdivia, director general de Astic.
Manuel Pérezcarro cree que las medidas tomadas por el Gobierno británico no van a servir de nada
Como el problema también afecta al transporte español, en la Federación Gallega de Transporte de Mercancías piensan igual: “la falta de conductores viene dada por la difícil situación de empresas del sector que no pueden pagar salarios que sean atractivos, a ciertas condiciones de la propia actividad, que necesita prohibir de una vez por todas el abuso que supone la carga y la descarga de los camiones por parte de los conductores, el desarrollo de una formación profesional adaptada a las necesidades del mercado y de las empresas, implementando un sistema de contratación en prácticas y/o aprendizaje para que los conductores noveles puedan aprender la profesión en las empresas sin que ello signifique una carga para éstas y para los propios conductores”.
Salarios en el transporte
Adriana Muresan es una conductora que trabaja para una empresa española en internacional. Ella reconoce que nunca ha tenido problemas para encontrar trabajo, ni siquiera durante la crisis de 2008. Pero de todos los problemas que ve en esta situación, los concreta en uno solo: el sueldo. Y especifica todavía más: en el salario base: “yo tengo un salario base de 1.150 euros y tengo 54 años. Estoy pensando en dejar este trabajo porque, con el paso de los años, me va a quedar muy poca jubilación. El problema del transporte es que no hay posibilidad de promoción: te tiene que gustar vivir años en un camión. A mí me encanta mi trabajo y me daría pena dejarlo por el tema del sueldo” comenta.
De las 4.000 ofertas de empleo que ha lanzado el Reino Unido, apenas ha recibido 200 respuestas
Sobre la oferta que ha lanzado el Gobierno británico para captar conductores, Adriana cree que no va a tener ningún éxito: “según la BBC, sólo se han apuntado 200 personas. En el Reino Unido hay un problema añadido: los aparcamientos no son seguros y no se puede aparcar en los polígonos industriales, como en España”.
Las empresas británicas pagan por hora y, según ha podido saber de hablar con otros compañeros, la oferta del plan de emergencia era de 9,5 libras (11,23 euros), que incluye las horas de descanso y de carga. “Los ingleses hacen turnos en los camiones y eso no nos gusta a los conductores. Allí un camión no para nunca, porque un mismo vehículo lo conducen tres personas: funcionan con el just in time y el estrés es enorme” asegura. En Francia también se les paga por hora trabajada pero tienen un convenio que no supera las 36 horas a la semana (lejos de las 48 de España). “Eso sí: un conductor francés no gana más de 2.000 euros al mes”.
Preocupación en el transporte
La imagen que se ha dado del desabastecimiento en el Reino Unido en los medios de comunicación ha alertado a muchos, que piensan que aquí pueda pasar algo parecido. Según Manuel Pérezcarro, secretario general de Froet, la federación de transporte de Murcia “no sabemos si va a tener alguna repercusión: lo que está claro es que los británicos necesitan productos. Estamos en contacto con la Embajada británica y nos comentan que están muy preocupados. El Gobierno está ofreciendo cosas que no van a funcionar, como visados de tres meses a conductores extracomunitarios. Eso no les va a servir de nada: nadie va a dejar su trabajo aquí para trabajar tres meses allí, no tiene mucho sentido. Hay que pensar en otra cosa. Y nosotros también tendremos que empezar a pensar en otra cosa, ya que también nos está afectando la falta de conductores”.
En España, el 72% de los conductores de camión tiene más de 50 años
A pesar de que la economía global y, en especial, en la mayoría de países europeos, da ya muestras de recuperación tras la crisis provocada por el coronavirus, Reino Unido ha asistido a una serie de problemas que van camino de no dejar de crecer. La excesiva complicación burocrática, la expulsión de mano de obra extranjera y la aplicación del “IVA” británico en lugar del de lugar de origen son causas de la situación que les ha llevado a tener casi que racionar combustible y alimentos frescos.
Y todo esto, sin establecerse controles arancelarios a productos frescos y fitosanitarios (más complejos desde el punto de vista aduanero), que se han congelado hasta el próximo mes de julio. Pero los primeros indicadores económicos demuestran ya el impacto del Brexit en las relaciones comerciales entre el Reino Unido y España.
Así, sólo entre el primer semestre de año, España ha exportado bienes por valor de 8.267 millones de libras (9.772 millones de euros) al Reino Unido, una cifra un 19% inferior a 2019, cuando nuestro país exportó bienes por valor de 10.195 millones de libras (más de 12.000 millones de euros) durante el mismo periodo del año. Estos datos suponen un retroceso de seis años, última vez que se observaron números tan bajos entre ambos mercados, justo el año que se planteó el referéndum del Brexit.
“El mes pasado observamos los primeros impactos en la cadena de suministro de una decisión tan drástica como el Brexit. Aunque la lógica invita a pensar que la situación se normalizará en los próximos meses, la complejidad de las relaciones comerciales y los incrementos en precios y tiempos serán una constante, al menos, durante los próximos años. Aunque esto nos permite abrir una ventana de oportunidad con otros mercados europeos” señala Noelia Lázaro, directora de Marketing de Packlink.
El plan de emergencia de Boris Johnson
Ante la acuciante falta de conductores que vive Europa en general, y el Reino Unido en particular, el Gobierno británico ha lanzado un plan a la desesperada: formación gratuita a 4.000 aspirantes a conductores para que puedan obtener sus permisos de conducción mediante cursos acelerados (en un plazo máximo de 12 semanas) y conceder visados de entrada por un periodo de tres meses a transportistas extranjeros que quieran trabajar en el Reino Unido.
La corta duración de los visados hace suponer que sólo se quiere salvar la campaña navideña, ya que la oferta se lanzó el pasado mes de septiembre. Para 2022, se está pensando en otras medidas, una vez superada la época álgida de compras de todo tipo de productos. Para este plan, el Gobierno va a destinar 10 millones de libras (11,8 millones de euros).
Otras propuestas lanzadas desde Londres apuntan a sustituir a conductores por militares e, incluso, recurrir a transportistas ya jubilados
Según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico, en España hay 253.000 titulares de permisos de conducir camiones de las clases C y C+E, de los que unos 32.000 tienen entre 60 y 64 años y 40.000 entre 55 y 59 años, lo que representa un 28,5% del personas con carné profesional de transporte.
Además, entre los 50 y 54 años hay 42.000 conductores, lo que eleva el porcentaje al 72%, cifra que ofrece una conclusión: tres de cada cuatro conductores profesionales en España tiene más de 50 años, lo que da prueba del envejecimiento que sufre esta profesión.
Las últimas estadísticas señalan que en España hay unos 331.000 conductores profesionales asalariados, de los que 227.000 trabajan en empresas de transporte de servicio público de mercancías, mientras que los 104.000 restantes lo harían en transporte privado complementario.
Mujeres al volante
Conscientes de que la falta de conductores es un problema que se va agravando cada vez más, MAN Truck&Bus ha lanzado una campaña, llamada WoMAN, en la que ha becado a 10 mujeres a sacarse el carné de conducir camiones más el CAP (certificado de aptitud profesional), necesario para poder trabajar en una empresa de transporte.
"El sueldo no está acorde con el trabajo. Cualquiera prefiere 1.500 € durmiendo en casa que 2.500 subido a un camión por toda Europa" Adriana Muresan, conductora de transporte internacional
En España hay unas 23.400 mujeres que tienen el carné C (para rígidos) o E (para articulados), lo que supone el 22% del total. Así, representan el 7% del total de mujeres que tienen algún tipo de carné de conducir, casi la mitad de los hombres.
Además, MAN también pondrá a disposición de las conductoras una formación específica que les permitirá desarrollar las habilidades necesarias para sacar el mayor rendimiento de un camión de la marca, optimizando el ahorro de combustible, de emisiones y garantizando la seguridad vial.