“Antes éramos transportistas por vocación; ahora se entra en este sector por múltiples motivos, bien de forma legal o ilegal”. “También ha variado la forma de trabajar, porque hace 25 años mirábamos más la rentabilidad en cada operación que se realizaba y ahora apenas si se estudian los servicios, nos falta coherencia, pues estoy convencido de que al menos un 80% de los presupuestos van por debajo del coste. Esto ocurre porque faltan profesionales que conozcan bien los costes, para fijar los correspondientes precios”, explica.
EL COMPONENTE SICOLÓGICO
Y es que Roberto Hernán tiene la convicción de que “no hemos aprendido casi nada; nos levantamos cada mañana y salimos al mercado con la idea de subsistir, de trabajar sin más”.
Es cierto que la crisis actual ha incidido en una drástica reducción de flotas y de plantillas, “pero se contrata de forma irregular para hacer frente a los servicios –los clientes intentan contratar al precio más bajo posible- y esto no es bueno para una empresa que pretenda trabajar de forma legal”.
Por eso Hernán cree que el futuro puede ser el cierre o una reducción muy importante de las empresas que trabajan con seriedad, ya que además el crédito está cerrado (“lo de las concesiones de crédito del ICO no es verdad”, nos comenta) y los plazos de cobro se han dilatado de manera muy significativa, sobre todo por parte de las administraciones públicas.
El presidente de FEDEM cree que existe un componente sicológico en la actitud del ciudadano, quien piensa que las cosas pueden cambiar con un gobierno de distinto signo político, que genere mayor confianza e ilusión.