Estarán conmigo en que, salvo algunas diferencias, que las hay, para la gran mayoría de nuestros coetáneos, vecinos y conocidos, atravesar este 2010 que dejamos atrás (por fin) ha sido complicado cuando no heroico. Y no consuela aquello de “mal de muchos…” tal vez lo que nos alivie al repasar tanta dificultad colectiva, sea una especie de solidaridad mental, la facultad de ponernos en el lugar del otro, reconocernos en ese espejo, comprender y aprender del que tenemos enfrente para no creernos tan unívocamente desdichados, con el valor añadido de no sabernos solos en esta lucha inusual que caracteriza a los tiempos que nos está tocando vivir.
Son reflexiones de buena voluntad adecuadas a la época navideña, porque si nos ajustamos a la dura realidad global, excepto la alegría de haber conseguido la copa mundial de futbol ¡vaya año que hemos pasado! Hasta para clausurarlo hemos tenido fin de fiesta. Una vez doblegado el desafío de los controladores y la inauguración del estado de alarma en nuestra democracia, tampoco a primera vista, los meses venideros tienen un cariz muy halagüeño. La aparente tranquilidad se zarandea a golpe de filtraciones de Wikileaks, que pone de manifiesto al ciudadano la falta de objetividad en la información del funcionamiento del orden mundial, e incorpora lo insólito a lo cotidiano.
No obstante, es de justicia admitir, yendo a lo concreto del sector Transporte, que si bien ha habido numerosas vicisitudes a lo largo del 2010, el año se ha cerrado con un paso de gigante: la firma del II Acuerdo General para las Empresas de Mercancías por Carretera, el pasado 12 de noviembre. Un compromiso entre la patronal del transporte y los sindicatos, avalada por el ministro de Fomento José Blanco. Acuerdo que, después de 10 años de desencuentros, supone un logro importante de ambas partes fundamentado en el dialogo social. Inicialmente, se prevé una vigencia de 4 años (hasta diciembre del 2014). Entre la multiplicidad de temas que contempla (documentados ampliamente en la anterior edición de nuestra revista Transporte Profesional) adquieren relevancia los relacionados con la jornada de trabajo de los conductores: establece un régimen de descansos semanales en el propio domicilio, tanto para los nacionales como los internacionales, regula la conducción en equipo, da normas de aplicación directa: tratamiento disciplinario, periodos de prueba o modos de contratación, entre otras. Una gestión satisfactoria en su totalidad.
Por seguir en la línea amable de lo aportado por el sector al final del año, es justo también mencionar la decimosexta edición de los Premios Europa del Transporte, celebrada el 18 de noviembre pasado. Una cita con 300 invitados y 7 categorías de premios, que contó con la presencia del secretario general de Transportes del ministerio de Fomento José Luis Cachafeiro. El protagonista mas ovacionado esta vez fue el ex director general de Transporte Terrestre, Juan Miguel Sánchez, galardonado con el premio “Defensa del Sector” quien agradeció, tanto a la revista Transporte Profesional como a CETM la deferencia, por algo, -dijo- de lo que no era realmente consciente ya que su experiencia le decía que: “el sector se defiende solo”. Una humildad que conmovió a los asistentes y dejó en el aire un argumento capaz de reconciliar a los seres humanos. Sobre todo si estamos cerca de Navidad.