Siempre con la consabida cantinela que si exceso de velocidad, alcohol, drogas, distracción: que si el móvil, el cigarrillo... todo menos mencionar ni siquiera el porcentaje que se deba a la mala señalización o al penoso estado del pavimento que es una de las más importantes causas de riesgo. Para subsanar este lamentable estado, lo más necesario y conveniente resulta eliminar riesgos, luego hubiera sido lógico dirigir las partidas presupuestarias a las obras de mantenimiento en lugar de utilizarlas para la compra de los ya conocidos helicópteros "pegasos" capaces de lanzar un misil (láser) para sacarte la foto y pasarte la "dolorosa" que cada día entraña más dolor por el simple hecho de sobrepasarte un algo en las muchas y diversas limitaciones de velocidad que se aplican a una misma vía, siempre disparidad frente a regularidad y sencillez. Para qué ponerlo fácil, verdad.
Tampoco sé cómo se desplazan los gerifaltes de Tráfico. Pero sí guardo memoria desde la época del Sr. Palacín, de filiación comunista pero ejerciendo bajo Felipe González, como una etapa mala que no ha dejado nunca de empeorar... cada vez que venía uno nuevo Director de Tráfico introducía cambios para superar en versión punitiva al anterior. Pensaba que podía deberse a cuestiones de género (todos varones), pero llegaron las Directoras Generalas de Tráfico y la evolución continuó por los mismos derroteros, la actual, Sra. Seguí, sigue en ello y lleva camino de hacer franciscanos a sus predecesores.
A pesar de todos los impuestos que gravan al transporte por carretera, la solución que tanto sabio director o ministro quieren aplicar es la de subir impuestos, no les basta con los peajes, el carburante, los seguros, los neumáticos, los ecológicos derivados de la obligación de compra de vehículos euro VI para cumplir la normativa europea sobre emisión de gases contaminantes. No les parece suficiente, entienden que como el transporte de mercancías es necesario le pueden exprimir más y pretenden imponer otro impuesto/tasa ecológica, más las cargas indirectas y penurias que ya soporta el sector con las prohibiciones de circulación en días festivos; prohibiciones multiplicadas por con 17 Comunidades Autónomas, legislando cada una a su antojo, lo que dificulta si no imposibilita la solución de la si no mejora por lo menos conservación de las infraestructuras. Están los tiempos que el único elemento de convicción o persuasión de los políticos es la producción del caos. Para qué prevenir, mientras que llega el caos a vivir que son dos días, y que otros lidien con los perjuicios que al país y en especial para la salud y el bienestar de los ciudadanos y en particular para la columna vertebral de los conductores, la integridad de las mercancías, la seguridad de ruedas, suspensiones, la mecánica en general. En fin, ya conocemos la fórmula que nos aplican nuestros políticos extractivos: la combinación de desidia presupuestaria con asfixia impositiva. De ahí que, para no deteriorarse más, el sector tendrá que plantearse seriamente qué votar para no botar.