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Sábado, 25 Enero 2025

    Manuel F. Rouco, Marcos Montero... Ecce Homo

    Manuel F. Rouco Manuel F. Rouco Opinión

    Conocí a Marcos Montero en febrero de 1995, cuando a propuesta de las Asociaciones de Cargadores fui nombrado Consejero inscrito en la Sección de Transporte de Mercancías del Consejo Nacional de Transporte.

    Recuerdo que en la primera reunión que celebró dicho Consejo se procedió a la votación para nombrar a su presidente. Como candidato a tal puesto propuse a Narciso Negro Dimas, que representaba como socio de AEUTRANSMER al INI, si, al entonces Instituto Nacional de Industria (hoy, SEPI). Tras la votación, nuestro asociado y candidato salió elegido. El resultado electoral sorprendió a los representantes de los transportistas, que entendían que eran ellos los que debían ostentar la presidencia no sólo por ser el grupo mayoritario del Consejo, sino también porque todavía pensaban que el Ministerio de Transporte era el de los transportistas, no el del transporte. Presionaron pidiendo una reunión de urgencia alegando que por ser la primera reunión se había convocado sin orden del día. Se produjo una nueva elección en la que nuestro candidato anterior renunció a presentarse de nuevo. Lo que me llevó a presentar mi candidatura en representación de los cargadores. Fue entonces cuando la CETM propuso como candidato a la presidencia del Consejo Nacional de Transporte a Marcos Montero. Me ganó por mayoría aplastante, aunque algún naviero y ferroviario me votó. Concluida la elección le ofrecí toda nuestra colaboración y me puse a su disposición institucional.
    Tras colaborar durante muchos años e ininterrumpidamente con Marcos me alegro de haber perdido aquella votación, pues ha sido y es un presidente de altura, con sentido de la responsabilidad, una dosis importante de humor, mucho conocimiento y una capacidad innata para las relaciones públicas. Supo leer y aprovechar la universidad de la vida colmándose de conocimientos humanos y técnicos. Desconozco la opinión de sus asociados, pero, visto desde afuera, me parece que el balance al frente de la CETM es más que positivo: extraordinario, excelente. Dirigir una patronal de tal envergadura e importancia como ésa, con tantas especialidades y subsoberanías territoriales es complejo y difícil de contentar a todos sus asociados, además hay que enfrentarse con el poder político –lo que siempre lleva riesgos- cuando los intereses no son coincidentes. Pero hacer ese análisis a mi no me corresponde.
    Entiendo su decisión de dejar la presidencia de la patronal CETM, pues sé que su salud se ha resentido en varias ocasiones, pero su compromiso y sentido de la responsabilidad le anima a seguir tirando del carro a pesar de la insistencia de su familia que le recuerda: "Marcos ya está bien". Tiene unos hijos maravillosos y muy bien formados que llevan la empresa con éxito. Por todo ello se merece "el descanso del guerrero". Aun así, yo, desde este escrito, le pido que siga en el Consejo Nacional de Transporte, puesto que sería una pena desaprovechar su sabiduría, conocimientos y buenos consejos. Que nos los siga dando, aunque sea a una velocidad moderada, "al ralentí" Para el sector es crucial seguir contando con un hombre como Marcos Montero. Que siga en el Consejo, al menos, un par de añitos más. Él es el hombre.



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