Al parecer, bancos y cajas deben al BCE la abultada cifra de 109.000 millones de euros, lo que representa un 25% del total prestado por el banco central.
El colofón de la noticia no es otro que el encarecimiento –todavía más- del crédito para empresas y particulares, así como las condiciones leoninas del mismo, que particularmente conoce bien nuestro sector.
El BCE quiere que el destino del dinero prestado tenga otros fines, como el de servir para potenciar la economía del país. Por ello pondrá restricciones a los créditos, intentando que no aumente aún más la deuda de nuestras entidades españolas.