En cuanto al sector de portavehículos en sí, parece que en 2014 que se está moviendo mucho más. En este sentido, Carlos Mejía afirma que "desde el lado la demanda, nos encontramos con un incremento de la producción y de las matriculaciones, las cuales se han visto dinamizadas por el Plan PIVE, lo que además de beneficiar a los vehículos de fabricación nacional también ha provocado un aumento de la importación, algo que hacía mucha falta de cara a la compensación de tráficos".
Buenas noticias si se considera de dónde viene el sector, con un deterioro más que evidente cuya semilla "no es la evolución del mercado ni la crisis, que tan solo ha servido para sacar a la luz, con una virulencia desconocida eso sí, nuestra kafkiana estructura. Hablo de que en los últimos años el crecimiento del sector se ha basado cada vez más en la subcontratación del transporte, cuya consecuencia última ha sido el deterioro importante de los precios, ya que bastaba con fijar el coste de la subcontratación y en ocasiones bajarlo ante la presión de perder el trabajo y no poder seguir pagando. El resultado ha sido la desaparición de miles de camiones y pequeños empresarios, habiéndose perdido por el camino más de la mitad de la flota de nuestro país y quedando la otra mitad claramente envejecida".
Ahora bien, "la batalla de los precios se acabaría cuando quien compite en los Tender tuviera que hacer frente al 93% del coste del transporte (gasóil, camión, seguro, nóminas, neumáticos, etc.), ya que al no tener la posibilidad de presionar a la baja, no podría cotizar por debajo de su coste si quiere que su empresa tenga viabilidad, en lugar de cotizar por debajo de ese coste y luego trasladar esa bajada al autónomo a coste de su amortización.
¿La solución? Equidad fiscal, que no suponga la incentivación de la creación de la actual estructura basada en la subcontratación fiscalmente subvencionada por el régimen de módulos, que les permite obtener un ingreso atípico que trasladado a coste supone entre un 13% y un 16% menos.
Sin esto, el coste de la subcontratación sería equivalente o superior, ya que la capacidad de compra de un pequeño empresario es inferior a la de una gran compañía, lo que haría que dicha subcotratación fuese más cara que el coste de la flota propia, aunque necesaria para cubrir las puntas y aportar flexibilidad a los clientes, pudiendo el autónomo vivir en condiciones dignas que le permita reinvertir en su herramienta de trabajo".