
A sus 44 años, la empresaria vallisoletana, licenciada en Administración y Dirección de Empresas, diplomada en Ciencias Empresariales y Máster en dirección y gestión de transporte y logística, se presenta como una luchadora, trabajadora e ilusionada por su nuevo cometido.
Una mujer joven al frente de la asociación de empresarios de un sector en el que predominan los hombres. ¿Le asusta? ¿Es un reto?
“No me asusta, llevo 20 años dedicándome al transporte y he sido miembro de junta directiva de Asetra desde hace ocho años. De mi experiencia puedo decir que ha sido positivo y con muy buen compañerismo”.
¿Teme que por ser joven y mujer puedan minusvalorarla en un sector tan masculino como éste?
“Reconozco que tengo mucho que aprender y quiero aprovechar esta experiencia para aportar mis conocimientos y mi manera de ser para trabajar en equipo. No tengo miedo en ese sentido, pues nunca me han hecho sentir así. Es más, me he sentido respetada”.
¿Por qué diste el paso de encabezar la lista para sustituir a Javier Manso?
“Desde la presidencia se planteó un proceso de cambio más novedoso, dinámico y actual, y al final, me pareció que con la junta que ahora tenemos podíamos dar ese paso”.
"Está claro es que la división no es beneficiosa para nadie del transporte”
¿Qué puede ofrecer a la asociación Asetra Valladolid?
“Como persona implicada que soy en casi todo lo que hago y formada, creo que puedo aportar algo de dinamismo, algún enfoque distinto y actual. Además, quiero destacar el papel jugado por Javier Manso, que ha dejado una asociación que busca el beneficio de los socios, es transparente y está bien informada”.
¿Y al transporte en la provincia de Valladolid?
“Se trata de un sector que está pasando por importantes dificultades, sometido a grandes presiones fiscales, que necesita ayuda urgente para la supervivencia y mantenimiento de las empresas de transporte. A este sector pretendo ofrecer mi inquietud y mis ganas de ayudar para que sea considerado como un valor añadido y no como un mero coste en la cuenta de resultados”.
¿Cómo se puede unir un sector tan atomizado como éste? ¿A quién puede beneficiar esta división?
“Es cierto que estamos en un sector demasiado atomizado. Y para unirlo sería conveniente buscar un objetivo común, que debe ser que nuestras empresas funcionen, con soluciones reales para todos, tanto pequeños como grandes. Lo que está claro es que la división no es beneficiosa para nadie del sector”.
¿Tiene sentido el asociacionismo en un sector tan dividido y atomizado?
“Por supuesto, el asociacionismo se hace muy necesario en estos momentos. Desde estas asociaciones se debe conseguir un sector mucho más rentable, más reconocido, así como dignificar la profesión mucho más”.