Transcurrida buena parte del año 2017, ¿qué balance haría sobre el comportamiento de la actividad del transporte a nivel particular? ¿Está cumpliendo las expectativas marcadas?
En los primeros meses del año hemos experimentado un crecimiento del tráfico de mercancías no progresivo, es decir, un crecimiento no lineal, con picos y valles, similar a lo que ocurrió en el comienzo de la crisis, pero a la inversa, lo cual nos podría indicar que ahora sí estamos saliendo de estos años tan negativos, consolidándose altos volúmenes de tráfico con la llegada del verano, de manera que hemos cumplido con creces las expectativas marcadas.
Y en el caso de las agencias de transporte, ¿la coyuntura es similar?
Con respecto a las agencias de transporte el comportamiento es el mismo.
¿Cuáles son los problemas tiene encima de la mesa en la actualidad que más están afectando al ejercicio de su actividad?
Una legislación cada vez más estricta, con presión creciente por parte de la administración autonómica y el Estado. A ello hay que sumarle un encarecimiento de los costes laborales, así como una carencia de personal cualificado.
Las negociaciones con los cargadores, no ya solo por el asunto de las 44 toneladas, sino también por aspectos como la carga y la descarga, tiempos de espera, tenders, etc. continúan sin resolverse. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Es una eterna pelea que continúa estancada sin una solución real; es más, el problema no solo no se resuelve, sino que cada día es más grave.
¿Y de las empresas buzón?
En ese aspecto la Unión Europea ha sido muy permisiva, permitiendo que algunas empresas saquen un beneficio indebido a la vez que fraudulento teniendo sus "buzones" principalmente en Rumanía o Bulgaria. Sus ventajas salariales y bajas cotizaciones hacen que entren en competencia desleal, produciendo una situación insostenible para muchas compañías, hasta el punto de hacer peligrar su existencia.
¿Piensa que la inestabilidad política no solo en España (Cataluña), sino también internacional (Brexit), pueda afectar al sector?
Todas las incertidumbres son negativas; es digno de destacar la preocupación el empresariado catalán al respecto; lo mismo ocurre con el Brexit. Siempre se ha dicho que la unión hace la fuerza, pero en estos casos parece que vamos por otros derroteros.
¿Cómo espera terminar el año y cuáles son sus perspectivas para 2017?
Creo que tanto el final de este año como 2018 va a estar marcado por el desenlace de lo que ocurra el próximo 1-O, añadiendo un punto de incertidumbre que espero no afecte demasiado a la velocidad de crucero que en estos momentos está cogiendo la economía y, por ende, el movimiento de mercancías que, al final, es un termómetro de la actividad.
Revista Transporte Profesional