Decía el mes pasado que no entendía muy bien eso de que los precios de la energía marcaran máximos históricos mientras que el de los carburantes empezaban a bajar, aunque fuera de forma lenta, pero bueno, algo era algo. Pues bien, si antes lo digo, antes esta afirmación llena de esperanza y optimismo queda en entredicho. Es más, en el mes de octubre el diésel ha subido en torno a 20 céntimos por litro, con lo que se vuelve a ‘comer’ el descuento hecho por el Gobierno en su momento.
Es por ello que, teniendo en cuenta que dicha bonificación concluye el próximo 31 de diciembre, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), se ha apresurado a anunciar que solicitará al Ejecutivo una prórroga en esta rebaja a partir del 1 de enero próximo, considerando que la situación de incertidumbre por la que estamos pasando a nivel global invita a pensar que los precios de los combustibles irán a más.
Y es que está en juego la viabilidad de las empresas de transporte de mercancías por carretera, que ya soportan no pocos costes, y muchas veces no saben a qué atenerse en estos tiempos tan convulsos. Huelga decir que hay que seguir prestando un servicio imprescindible para nuestra sociedad y su bienestar económico.
En otro orden de cosas, en los últimos días el Ministerio de Transportes ha hecho público un documento con el que se intenta aclarar las dudas que se puedan presentar -que no son pocas, se lo aseguro- sobre la prohibición de que los conductores realicen las labores de carga y descarga. Buena noticia.
Bien es verdad que en la norma, que entró en vigor el pasado 2 de septiembre, fruto de los acuerdos firmados por Transportes y el Comité Nacional del Transporte por Carretera, ya se dejaban claras ciertas excepciones para determinadas especialidades -de eso no queda duda-, pero no se puede obviar que la casuística y los supuestos que comporta el transporte en general y, por qué no decirlo, la ‘picaresca’ que puede llegar a encerrar -algo muy nuestro- están ahí, por lo que es necesario poner orden en todo ello.
Esperemos que todo sea para bien, aunque según tenemos entendido se están produciendo denuncias en el buzón anónimo del ministerio acerca de ciertas prácticas en este sentido que van contra las reglas del juego.
Como también dicho buzón está sirviendo para que muchos transportistas denuncien el incumplimiento de la Ley de Morosidad por no pagar a los 60 días los servicios de transporte, tal y como recoge el documento. Parece, de lo cual me alegro, que poco a poco están perdiendo el miedo a exigir lo que es suyo de acuerdo a lo que dicta el ordenamiento vigente.
Igualmente nos hemos hecho eco de las negociaciones que se están produciendo desde hace ya bastantes semanas en lo que se refiere al III Acuerdo General sectorial entre patronal y sindicatos para el transporte, y si bien, por lo que hemos podido saber, nos encontramos en un momento crucial de las mismas, con tiras y aflojas incluidos incluso entre las propias asociaciones que intervienen en las mesas de trabajo a la hora de formalizar cualquier convenio, es de esperar que más pronto que tarde haya ‘fumata blanca’. Una cosa está clara, por todo lo que se está discutiendo este tercer acuerdo será de mayor calado que los dos anteriores, y si no al tiempo.
Por cierto, señor Pere Navarro, como director general de Tráfico no debe usted ‘demonizar’ a los camiones acusándoles de su alta siniestralidad en las carreteras. Vamos, que poco menos los quiere ‘sacar’ de nuestras vías. Y como es una afirmación que no es la primera vez que realiza, desde la CETM han reprobado estos comentarios, más aún cuando está demostrado, datos en la mano, que precisamente los vehículos profesionales no son los mayores culpables en este sentido. Hay que cuidar las palabras, y más siendo un responsable que tiene mucho que decir en relación a la seguridad vial.