Una autopista ferroviaria consiste en un servicio combinado ferrocarril-carretera en el que los remolques embarcan directamente en el tren en una terminal inicial, se desplaza por vías férreas ya existentes, y son descargados en su destino donde pueden continuar el viaje por carretera.
La terminal que se contempla en Barcelona cargará un camión en un tren cada cinco minutos y un tren en una hora sin necesidad de grúas, con una media de 40 remolques por hora.
En total, se llevarán a cabo seis viajes (tres de ida y tres de vuelta) al día en la línea Barcelona-París, que tiene una capacidad prevista de 45.000 remolques anuales, y cuatro viajes en la que llega hasta Alemania que hará 30.000 al año. Con cuatro vías de expedición y recepción de 850 metros de longitud, la terminal tendrá una capacidad de aparcamiento de 545 camiones.