
El proyecto de ampliación de los túneles de Belate y Almandoz, que tenían un presupuesto de adjudicación de casi cuatro millones de euros, tenían la misión de cumplir con una directiva europea de seguridad en túneles, por lo que era necesario ampliarlos con dos nuevos apartaderos para detener los vehículos en caso de emergencia. También se han colocado un sistema de drenaje para la evacuación de líquidos tóxicos e inflamables y un nuevo cableado, resistente al fuego en ambos pasos.
Cada uno de estos apartaderos, de 40 metros de longitud y tres de ancho, está dotado de un puesto de emergencia con postes SOS y dos extintores. Las obras comenzaron el pasado mes de mayo y los operarios han trabajado 24 horas al día, de lunes a sábado, en tres turnos, para construir los apartaderos en Belate, mientras que en Almazán se organizaron dos turnos (de 6:00 a 22:00 horas), con picos de personas trabajando de forma simultánea.
Cuando se reabran los túneles, se espera que la situación se normalice y los camiones puedan volver a hacer uso de la carretera nacional. Durante el tiempo que duraron las obras, los vehículos pesados tuvieron que turnarse, dependiendo de sus matrículas (pares o impares) para poder circular por la N-121-A, N-121-B y NA-1210. Asimismo, el peaje de la AP-15 en Zuasti fue gratuito para los camiones.