Las empresas buzón y la competencia de las empresas de países del Este, los salarios mínimos exigidos en el transporte internacional, los pesos y dimensiones, o los convenios se pusieron encima de la mesa.
Comenzando precisamente por el problema que representa la proliferación de las empresas buzón, Manuel Pérezcarro, secretario general de CETM Frigoríficos, ha mostrado su preocupación por el hecho de que se trata de un conflicto que “afecta sobremanera a las empresas de transporte internacional de mercancías perecederas. Cierto es que se están realizando inspecciones a determinadas compañías que se sospecha llevan a cabo estas prácticas, pero aun así continúan creciendo en número. Y es que cada vez más transportistas se están yendo fuera viendo que aquí no se puede competir en igualdad de condiciones”, ha explicado.
Por otro lado,la exigencia de cumplir con el salario mínimo en determinados países (Francia, Alemania, Italia, etc.) también ha salido a colación. En este sentido, José María Quijano, director de Relaciones con la Unión Europea de la CETM, ha señalado que ya se está reclamando por parte de las autoridades francesas la documentación que se exige para cumplir con el mismo (10 euros la hora), y que pasa no sólo por las nóminas (convenientemente desglosadas), sino también por los justificantes de desplazamiento, la cotización a la Seguridad Social o la facturación.
La llegada de los megacamiones igualmente ha sido motivo de debate durante la Asamblea. En este sentido, Francisco Ortiz, vicepresidente de CETM Frigoríficos, ha asegurado que ya está siendo motivo de debate la posibilidad de incluir en el convenio colectivo una prima especial para los conductores de estos vehículos por el tipo de camión que conducen y la peligrosidad de conlleva esta particularidad.
Ya entrando en materia de convenios, durante la asamblea, Miguel Pereira, director de Relaciones Laboral de la CETM, ha hablado sobre un problema que se está empezando a dar cada vez con más asiduidad, en el sentido de que existe un convenio de ámbito nacional al que están sujetas las empresas dedicadas al Frío Industrial (es decir aquellas que se dedican a producir frío o cuentan con almacenes frigoríficos) que se aplica a los conductores de camiones que trabajan en dichas compañías, con lo que ello supone para la libre competencia.