
Las directrices establecen condiciones generales a los Estados miembro para armonizar varios parámetros, como las evaluaciones de impacto de seguridad vial, las autorías, las clasificaciones de seguridad, la gestión de la red de carreteras operativas o las inspecciones de seguridad vial.
Bruselas busca una implantación coherente e integrada de la Directiva 28/2009/CE sobre gestión de la seguridad en infraestructuras viarias en toda la Unión Europea, cuyo objetivo es asegurar que la red vial en Europa cumple con las normas de seguridad vial.
En su denuncia, la Comisión Europea ha criticado que la aprobación de dichas normas habrían salvado vidas en las carreteras portuguesas, aunque los datos de seguridad vial del país muestran una tendencia sostenida de mejora.