
El Gobierno británico ha dejado clara su decisión de no permanecer en la Unión Aduanera y en el Mercado Único. Una determinación que presenta un escenario complejo para las compañías logísticas, que han asumido que el transporte de mercancías con Reino Unido requerirá de ciertos cambios.
Este nuevo mapa podría verse afectado por tasas adicionales en las exportaciones e importaciones de bienes y en lo que respecta a las cadenas de suministro, hasta ahora y desde hace 25 años, continuas y altamente integradas entre Reino Unido y la UE.
Hasta que los nuevos acuerdos sobre las aduanas y las relaciones entre los mercados se materialicen y se hagan públicos, las empresas no podrán comenzar el proceso de adaptación de su administración, finanzas o estatus legal.