
El ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrindt, se ha visto obligado a congelar la iniciativa de cobrar una tasa por el uso de la red de carreteras del país, que ya había sido aprobada por el Budestag y el Budesrat y ratificada por el presidente alemán, Joachim Gauck.
La comisaria europea de Turismo y Transporte, Violeta Bulc, ha señalado que Alemania recibirá una nota de advertencia donde se le comunicará que tiene ocho semanas de plazo para exponer sus argumentos. Si ambas partes no llegan a un acuerdo, Bruselas presentará una querella ante el Tribunal Europeo de Justicia.
El peaje obligatorio en Alemania fue lanzado a propuesta del partido CSU de Baviera, como una medida para conseguir votos en las elecciones nacionales. Aunque la canciller, Angela Merkel, y los líderes del partido socialdemócrata SPD se oponían a la medida, terminaron cediendo a las pretensiones de la CSU, que amenazó con boicotear las negociaciones para formar un nuevo gobierno de coalición.