
Como era de esperar, la mayor parte de las solicitudes presentadas por los transportistas han sido destinadas al achatarramiento de vehículos, ya que las otras líneas de ayudas para la compra de vehículos propulsados por vehículos eléctricos o de hidrógeno apenas ha tenido acogida, dada la escasa o nula oferta de este tipo de tecnologías.
Gran parte de las comunidades autónomas agotaron en pocos meses el presupuesto adjudicado por el Gobierno central para dicha línea de ayudas, dado el aluvión de solicitudes presentadas por los transportistas, a la que podían acogerse todos los vehículos de transporte matriculados antes del 1 de enero de 2019, sin necesidad de tener la ITV en vigor, lo que las obligó a solicitar la ampliación del presupuesto para poder cubrir todas las solicitudes.
Escasa respuesta a la compra de vehículos movidos con energías renovables
Por el contrario, las líneas destinadas a la compra de vehículos nuevos han tenido una respuesta mucho menor, casi en su mayoría por parte de grandes empresas, al dejar fuera de ellas la adquisición de camiones diésel nuevos de última generación, e incluso, los propulsados por gas natural GNL o GNC, aunque sí se pueden acogerse la compra de autobuses propulsados a gas.
Según los datos referidos a alguna comunidad autónoma, más del 81% de las adquisiciones de vehículos nuevos acogidos a estas ayudas lo son por las grandes empresas, frente a sólo el 12% en el caso de autónomos y pequeñas empresas.
Por subsectores, el 67% del presupuesto de las ayudas se han destinado a la adquisición de autobuses (híbridos y eléctricos) frente a sólo el 32% a la compra de camiones, pese a que, paradójicamente, la flota española de camiones en España es hasta seis veces superior a la de autobuses.