
Este aumento también se ha percibido en el sector financiero español, que ha concentrado uno de cada tres ciberataques de ransomware producidos en España este año, pasando del 23,2% registrado en 2021 al 27,6% en 2022.
Después del sector financiero, el segmento que más sufre los embates del ransomware es el de proveedores de servicios web, concentrando uno de cada cinco ataques (19,1%), y situándose en niveles casi similares a los de 2021 (19,5%).
En tercer lugar, aparecen y de forma destacada las amenazas de secuestro de datos en las redes sociales. Los ciberataques de ransomware se han casi doblado, pasando del 8,5% en 2021 al 15,3% en 2022. El mayor uso y presencia de estas en la sociedad digital explican el sustancial crecimiento que han experimentado.
Completa esta clasificación la industria de las tarjetas de pago con un 6,3% de los secuestros de datos. Esta engloba las tarjetas de débito, crédito, prepago o cajeros y el comercio electrónico. Este último ha registrado un importante descenso de alrededor de un 12% en un año.
Informe Panorama de Amenazas de Ciberseguridad
Los datos de Aiuken Cybersecurity, la multinacional española que protege a las grandes empresas, los sistemas de telecomunicaciones y las infraestructuras críticas coinciden, en líneas generales, con las conclusiones principales del Informe Panorama de Amenazas de Ciberseguridad 2022, elaborado por la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA).
Según ENISA, desde la invasión ucraniana por parte de Rusia se ha disparado un 24% la actividad de los ciberdelincuentes patrocinados por países contra los Gobiernos y administraciones de la Unión Europea. La agencia añade también que se han “exacerbado algunos cambios” en el ciberespacio que se venían produciendo “como la actividad hacker” o el “ciberactivismo desarrollado en colaboración con acciones militares cinéticas, el cibercrimen o la financiación de éstos por parte de los Estados”.
Para Juan Miguel Velasco, director general de Aiuken Cybersecurity, estos datos demuestran que “la multiplicación del ciberespacio conlleva la multiplicación de ciberataques. Seguimos en paradigmas de ciberseguridad de los años 90, mientras tecnologías como el 5G, fundamentales para la innovación y el futuro, no van acompañadas de una inversión adecuada para prevenir las amenazas”, por lo que defiende “un compromiso entre el sector privado y las autoridades comunitarias para fortalecer el escudo digital que proteja la economía europea de los ciberataques”.