¿Qué valoración hacen del II Acuerdo General firmado con las asociaciones profesionales del transporte de mercancías?

“La valoración es positiva, si no, no hubiésemos firmado, entendiendo también a los detractores del acuerdo. Llegar a un acuerdo de estos es muy difícil porque tenemos, dentro de lo que es España, las comunidades autónomas tienen unas diferencias muy grandes, hay una separación de derechos muy grande y es muy difícil poner a todo el mundo de acuerdo, y un acuerdo que recoge a todo el transporte de mercancías en general le sea válido a todo el mundo.

Nuestra pretensión era que no habiendo agredidos, fuese positivo para la mayoría del sector. Entendiendo que es un sector muy complicado y que, dentro del transporte en general sería transportar bienes, viajeros o enseres, pero luego, viéndolo particularmente y haciendo una separación de lo que es el transporte puro y duro, estamos legislando tanto para el que transporta coches como el que lleva fresas a Francia. Tenemos mercancía perecedera, industria, paquetería, paquetería fraccionada…hay de todo. Entonces, es muy difícil recoger en un solo acuerdo las particularidades de todos”.

“La valoración es positiva, si no, no hubiésemos firmado"

El hecho de que el sector esté tan atomizado ¿influye también a la hora de negociar?

“Influye todo: que esté atomizado, que haya tantos autónomos y, sobre todo, la geografía. Cuando hablamos con gente de Andalucía o de Navarra, que tienen la frontera al lado, no estamos hablando de lo mismo. Se tiene que entender que la mercancía que está llegando a puertos no siempre se desplaza en un radio de 200 ó 300 kilómetros, los hay que llegan a 500 kilómetros. Todo lo que son contenedores, de alguna forma, la cantidad de transportistas que ha habido por edad y que ahora están en paro, la competencia es brutal. Todo el mundo quiere salir bien, y es muy difícil”.

¿Eso quiere decir que, a partir de ahora, van a seguir negociando?

“Sí, por supuesto. Todos nos hemos ofrecido a abrir negociaciones en todos los territorios. Incluso abrir negociaciones para las particularidades de cada sector. Lo que no podemos hacer es ni abandonar al empresario ni al trabajador. El trabajador tiene que tener unas condiciones dignas y un salario digno. Y a partir de ahí tenemos que intentar conjugar los intereses del trabajador y del empresario”.

¿En qué puntos han notado que hay más conexión?
“Pues en intentar dar valor a un acuerdo que aglutine a todo el sector. Porque no olvidemos que hay distintas patronales, así como en lo sindical, tanto UGT como CCOO estamos bastante liberados y llevamos el mismo rumbo, en el mundo empresarial los intereses no son los mismos”.

“es un sector que está pasando el bache que hemos pasado, de políticos con poca cabeza"

¿Creen que los trabajadores están satisfechos con el acuerdo al que se ha llegado?

“En ningún caso, se les quita lo que tienen, con lo cual esto es más de lo que hay. Ellos tienen sus convenios, donde no mejore tendrán que empezar a negociar cuáles son las mejoras, y donde no hay nada, se tiene que abrir la negociación. Lo que sí nos da pie es a abrir las negociaciones en todos aquellos territorios y empresas que, por desconocimiento, no se estaba aplicando nada”.

¿Cómo ve este sector en futuro a corto plazo?

“Yo lo veo bien, es un sector que está pasando el bache que hemos pasado, de políticos con poca cabeza (en el caso de Madrid, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón, con la obra de la M30, pudo haber dado trabajo para 30 años y se empeñó en hacerlo en cuatro años). Yo creo que una vez que esto se vaya asentando, empezaremos a subir”.

(c) fotos: Juan Caraballo