
La reunión contó con la participación de cargadores, navieras, autoridades portuarias y transportistas.
Las tasas portuarias fueron una de las cuestiones que se analizaron a lo largo de la reunión. Los cargadores opinan que existe margen para una mayor reducción de tasas, a añadir a la rebaja del 10% en la T-3 incluida en los Presupuestos Generales del Estado 2018. Existe una gran variación en las tasas que aplica cada puerto en función de las bonificaciones a la mercancía y del coeficiente corrector, lo que hace más compleja la política de contratación de transporte marítimo por los cargadores.
La utilización de la tecnología Blockchain se identificó como uno de los principales retos y oportunidades para la mejora de la cadena logística marítimo-terrestre, ya que no solo permitiría ahorrar costes, sino lo que es más importante, asegurar la trazabilidad tanto de productos como de procesos y agentes implicados en la cadena de suministro.
Otro asunto que se trató son las repercusiones de la entrada en vigor a partir de 2020 de la normativa IMO que obliga a la reducción de las emisiones de azufre a la atmósfera por el transporte marítimo. Esto llevará aparejado un incremento de los fletes, bien por utilización de combustibles bajos en azufre cuyo precio es más elevado, bien por tener que hacer inversiones en scrubbers o para la utilización del GNL como combustible, o incluso por la desaparición de los barcos de más edad y su sustitución por flota más moderna.