
Si bien desde la patronal de la distribución califican como un buen paso la congelación en el Congreso de la subida de facto prevista para este año en el impuesto de matriculación, considera necesaria la puesta en marcha de una estrategia largoplacista para incentivar la movilidad sostenible y mejorar la calidad del aire sin añadir más presión impositiva al sector.
Con todo, debe ir encaminada a desincentivar los vehículos más antiguos y promover la renovación del parque, reorientando los impuestos para gravar el uso y no la compra. En este ámbito, aboga por eliminar el Impuesto de Matriculación y reorientar la presión impositiva para que se base en las emisiones y la normativa Euro.
Así, además de que la normativa Euro está asociada a la antigüedad del vehículo, permite medir NOx, azufre, partículas e hidrocarburos, que son las emisiones realmente contaminantes, lo que hará posible gravar de forma real a los modelos más perjudiciales.