
Las inversiones del sector en formación se acercan a los 60 millones de euros anuales, pero el retorno que se consigue sólo se acerca a los 6 millones de euros. Desde el punto de vista de ANFAC, con un nuevo modelo de formación se podría incrementar la competitividad de las fábricas españolas, para poder reindustrializar nuestro país y alcanzar los tres millones de vehículos fabricados.
La asociación propone dar pleno protagonismo de las empresas en la organización, gestión de los fondos e impartición de los cursos de formación. Para ello propone que las empresas cuenten con: autonomía en el diseño de los cursos, gestión de los fondos por las propias empresas, impartición con los propios medios de las empresas, sus propios trabajadores especializados y sus propios centros de formación, estén o no acreditados ante la Administración, evaluación de la calidad por la Administración con control de los gastos "a posteriori".
Entre las alternativas a seguir planteadas por la asociación se encuentran las de: mantener la formación de demanda o formación continua eliminando todas sus ineficiencias y aumentar la financiación de la formación para las empresas, mejorar los programas de oferta para ocupados y desempleados, con participación directa de las empresas y la inclusión de acciones formativas realizadas antes de la publicación de las convocatorias.
ANFAC señala que la diferencia entre España y el resto de la UE es que un estudiante de Formación Profesional (FP) en España termina sus estudias y está preparado para iniciar la formación específica en la empresa, mientras que en países de la UE, un estudiante de FP finaliza sus estudios y está capacitado para empezar a trabajar directamente.