La norma, que parte de Naciones Unidas y que ha sido adaptada por la Unión Europea, establece que los vehículos de más de 3,5 toneladas que se matriculen a partir del próximo 10 de julio deberán llevar un dispositivo reflectante homologado del contorno del vehículo, permitiéndole hacerse ver en condiciones de visión deficiente y proteger a los usuarios que se encuentren en la vía pública.
La colocación del dispositivo reflectante tiene un coste que oscila entre los 160 y los 200 euros por camión, según datos de la Dirección General de Tráfico. No obstante, su colocación se puede realizar en un taller o en las propias instalaciones de la empresa.
Los vehículos que están obligados a llevar dicho distintivo son los dedicados al transporte de mercancías, cuya masa máxima sea superior a 7,5 toneladas, con excepción de los chasis cabina, vehículos incompletos y cabezas tractoras para semirremolques.
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No obstante, la Dirección General de Tráfico recomienda instalar el distintivo, de forma voluntaria, en el resto de vehículos de motor que hayan sido matriculados previamente al 10 de julio.
Según un estudio realizado por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos (similar al Ministerio de Fomento español), el marcado de contorno de los vehículos más pesados reduciría en casi un 30% los accidentes en los que se ven implicados.
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