
La electrificación es el camino elegido hacia una movilidad libre de emisiones, pero faltan muchos años hasta que esta tecnología cope el mercado. Según las estimaciones de Schaeffler, grupo especializado en fabricación de componentes y sistemas de alta precisión para vehículos, en 2030 un 30% de los automóviles se moverá con motor de combustión, un 40% serán híbridos y un 30% eléctricos.
Si tenemos en cuenta el parque móvil mundial del año 2050, el 9% de los automóviles montarán un motor de combustión, el 25% serán híbridos y el 66%, eléctricos o de hidrógeno.
Los consumos y emisiones de CO2 de los motores de combustión tienen mucho margen de mejora ya que las emisiones pueden reducirse hasta en un 15%.
Otro reto es conseguir que los consumidores se decanten por los coches eléctricos, algo que actualmente no sucede: en el primer semestre de 2019 se comercializaron alrededor de 39 millones de automóviles en todo el mundo, de los cuales solo el 1,9% del total fueron eléctricos.
Para ello, hay que salir de un círculo vicioso: la escasa demanda no permite generar economías de escala que permitan reducir los precios de las baterías, que suponen el 45% del coste de un coche eléctrico.