El céntimo sanitario, ampliación de masas y dimensiones, el entorno económico y fiscal. La política de transporte nacional y comunitaria y la multimodalidad fueron sin duda los temas estrellas del evento y los que más debates y opiniones diversas suscitaron, como es natural. De ellos, el céntimo sanitario parece resuelto ya, por lo que todos debemos felicitarnos y hacerlo extensible muy especialmente al Comité Nacional de Transporte por Carretera –CNTC-, dirigido por su presidente Ovidio de la Roza, que con determinación y fundamento reivindicó al gobierno el cumplimiento de la Ley y de las sentencias judiciales; algo aparentemente sencillo pero que sin sangre pero con mucho sudor por el mucho trabajo, negociación y responsabilidad se consiguió, gracias como digo al mucho trabajo, responsabilidad y sentido común por las partes en conflicto, aunque con desiguales recursos, pues una tiene el BOE e inspectores y la otra sólo su verdad, su trabajo.
Ahora parece que el fragor del combate lo asume la ampliación de masas y dimensiones. En el Congreso resultó el asunto más debatido y controvertido, todas las posiciones, eso sí, razonadas: el ministerio, representado por el Director General de Transporte, Joaquín del Moral, expuso con claridad, precisión y fundamento la aprobación del megatrailer y la ampliación a 4,5m. de la altura de determinados vehículos, los de caja abierta. Dejó las 44 Tm pendientes del acuerdo entre transportistas y cargadores. Comparto el criterio mayoritario que lo esencial es que la materia se armonice en ámbito europeo, pero ante la inhibición de la UE, generando un conflicto entre miembros, cabe pensar que este tema no ha sido ni bien conocido ni bien defendido por nuestros representantes políticos en Europa. Efecto de este desinterés es el que cada vez son más países, cuando no regiones, los que adoptan las 44 Tm y, lo que es peor, las ventajas competitivas de unos sobre otros. Holanda, Francia, Italia, Portugal,... lo han implantado y alguno sobrepasado. Curiosamente, estos países suman el mayor porcentaje de nuestras relaciones import/export, por lo que resultamos perjudicados al disponer de menos capacidad de transporte que ellos, a lo que se añade nuestra condición de país periférico, por lo que la eficiencia del sistema de transporte alcanza una relevancia mayor que para los que están próximos o situados en el "meollo del cogollo".
Urge entonces la negociación entre transportistas y cargadores en tema tan sensible para el bien de todos como el de las masas y dimensiones. Negociación franca, sin prejuicios ni tópica desconfianza, razonando las ventajas para que ambas partes ganen, desmontando el tópico: "llevar más por menos" y sustituirlo por el ecuánime: "llevar más y ganar más". Hagamos caso al santo: en tiempos de bonanza negociar. Desde aquí animo tanto al Comité Nacional de Transporte como a las Asociaciones de cargadores que se reúnan antes de que nos pille el toro a todos y terminemos "como isla dentro del océano".
Revista Transporte Profesional