
Desgraciadamente, muchas empresas y negocios que tienen suspendida hoy su actividad no podrán volver a abrir, con la pérdida de los puestos de trabajos que ello va a suponer, y a otras muchas les costará tiempo reponerse. Algunas de las medidas anunciadas por el Gobierno para sustentar la viabilidad de las empresas y mantener los puestos de trabajo, como la flexibilización de los ERTES, en la práctica no son tan fáciles de aplicar, pero ¿qué más justificación es necesaria?
Por encima de todo debemos tener la convicción de que esta situación la superaremos juntos, con la aportación y desde la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. “De la conducta de cada uno depende el destino de todos”. Esta cita, que se atribuye a Alejandro Magno, creo que lo resume perfectamente.
Hasta de las peores experiencias debemos aprender, y esta nos enseñará a valorar más a nuestra sociedad en general, a ser más solidarios, a apreciar nuestros derechos (ahora que se ven limitados y restringidos), a nuestros mayores, que suponen un colectivo de riesgo, nuestra Sanidad, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, los profesionales y trabajadores de supermercados, farmacias y de toda la cadena de distribución; agricultores, ganaderos, personal de limpieza, periodistas y, cómo no, al TRANSPORTE, porque hay que escribirlo con mayúsculas.
El sector de transporte de mercancías está siendo punta de lanza en esta batalla contra el virus, abasteciendo a toda la sociedad y a todos aquellos sectores que siguen prestando servicios básicos y esenciales en estos días. Miles de conductores de camiones se están desplazando por todo el país, transportando mucho más que mercancías, porque a los hogares españoles también está llegando esperanza e ilusión.
Superado el estado de alarma, ya llegará el momento de pedir responsabilidades (que las habrá), pero ahora no es momento de reproches, toca remar todos juntos en la misma dirección.
No nos cansamos de decir que el transporte de mercancías es un sector estratégico, y en estos días, la sociedad se está empezando a dar cuenta, seguramente no lo suficiente, pero en las redes sociales y medios de comunicación se aprecia ese reconocimiento, que esperemos no sea de memoria frágil y efímera.
Alusiones como “héroes sin capa” o “titanes del asfalto” se pueden leer estos días para referirse a los transportistas y conductores, quienes, ahora que la sociedad les reclama, dejan a un lado los reproches que continuamente sufre este sector para asumir el reto con nobleza y valentía.
No es plato de buen gusto ser tristes protagonistas de la situación, pero nadie puede cuestionar que el transporte está sabiendo estar a la altura de las circunstancias, y lo seguirá estando.
Ánimo a todos y cuidaos mucho, saldremos adelante.
Revista Transporte Profesional