Lo ha hecho con motivo de las restricciones a la libre circulación que diversos Estados miembros han establecido para parar la pandemia del coronavirus, por el que se les insta a garantizar el paso de los transportistas siguiendo la estrategia “green lanes” o corredores verdes frente a las retenciones que se están produciendo en los pasos fronterizos en los últimos meses. Según se recoge en la recomendación hecha por el Consejo Europeo, los Estados miembros deben suprimir o derogar “inmediatamente” tales requisitos de realización de pruebas sistemáticas con el fin de preservar el funcionamiento de los corredores verdes.
Estaría bien que hubiera un funcionario en cada frontera con este documento, firmado y sellado, para garantizar tal derecho, pero eso no es posible. No haría falta si todos los Estados fueran conscientes de que no se puede parar el transporte, porque es vital para la economía y para la vida de las personas, porque dentro de esos camiones viajan muchas mercancías indispensables: vacunas, EPIs, jeringuillas, alimentos, medicamentos, equipos médicos, etc. Qué pena que haya que recordar esto cada vez que se pone en duda una cuestión fundamental como es la libertad de circulación de bienes, así como el respeto por el trabajo de los transportistas.