Al principio trabajó para una empresa como asalariado, pero en cuanto pudo se compró un camión para hacerlo por cuenta propia, principalemente con plataformas de carga general. "He pasado por muchos momentos, buenos y malos, pero desde hace siete años engancho con una compañía de transporte frigorífico y, la verdad, es que no puedo tener queja alguna ya que no me falta el trabajo y además me pagan a tiempo. Eso sí, los precios siguen estando bajos, en consonancia con los del mercado. En cualquier caso, el hecho de no tener el camión parado durante todo el año y que no me falten las cargas supone una ventaja", prosigue Lorenzo Fuentesaúco.
A pesar de todo ello, este transportista autónomo no está exento de otros problemas. "Lo que yo veo es que se nos tiene muy poca consideración como profesionales; no tenemos ni voz ni voto. Pero como yo digo, es lo que hay. Además todo son obligaciones. Habría que cambiar muchas cosas, pero lo primero de lo que tenemos que ser conscientes es que somos nostros mismos los que no nos respetamos. Hay que hacer un autoanálisis para saber qué queremos, dónde estamos y adónde queremos ir", afirma Fuentesaúco.
Así y todo, nuestro protagonista tiene fuerzas para seguir, pues como dice, "este mundo es mi vida, me encanta el camión y no contemplo dejar la profesión en ningún momento, aunque tenga casi 60 años. Cierto es que se pasa por malos momentos, pero al final la carretera tira mucho". asegura.
En cuanto al futuro, Lorenzo Fuentesaúco, no tiene nada claro que, a pesar de haber nuevo Gobierno, no ya la economía, sino el sector, comience a funcionar como es debido. "No hay estabilidad de ningún tipo y existe una guerra interna en el propio sector -no es cuestión de echar la culpa a grandes o pequeñas empresas- que resulta imperdonable", concluye.
Revista Transporte Profesional