Cuando se produjo la denuncia, todas las marcas europeas (Daf, Daimler-Mercedes Benz, Iveco, Man y Volvo-Renault) reconocieron los hechos imputados (fijación de precios de venta de sus vehículos y retraso deliberado de la aplicación en el mercado de nuevas tecnologías para reducir las emisiones contaminantes), salvo la marca Sueca, que negó su participación. Todo ello ha llevado a recibir una sanción por parte de las instancias comunitarias de casi 4.000 millones de euros.

En el caso de Scania, al no haber reconocido en un primer momento su participación en los hechos, la Comisión Europea se vio obligada a abrir un expediente sancionador distinto pero, tras las investigaciones realizadas por los miembros de la Dirección General de la Competencia, ha quedado acreditada su participación en el citado cártel.

Las seis marcas de camiones representan el 90% del parque europeo de camiones medianos y pesados, por lo que se estima que el número de vehículos adquiridos durante los años investigados ascendería a 10 millones de unidades, de los que unos 200.000 habrían sido comprados en España.

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