La federación aprobó la medida por unanimidad como protesta ante la suspensión, por parte de Repsol Butano, del contrato de comercialización que le une a los cientos de transportistas que se encargan de repartir cada día la bombona a los domicilios. La compañía defiende que, por cada botella que vende, pierde dos euros, por lo que anunció que no aplicaría a los distribuidores las cláusulas económicas recogidas en el contrato. Los transportistas, por su parte, han decidido no aceptar el impago de sus condiciones económicas.
Según el presidente de la federación de distribuidores, Andrés Alfaro "puesto que Repsol Butano no quiere pagarnos el reparto de la bombona, hemos dedicido no repartirla en el día de hoy como primera medida contra la marca y la Administración. Nosotros somos los primeros perjudicados por esta acción, puesto que dejamos de repartir en un solo día más de 500.000 botellas en toda España, con unas cifras de pérdidas para el negocio de más de 1.150.000 euros".
La federación de distribuidores de butano asegura que la cancelación del servicio se limita sólo al reparto domicilario, por lo que no afecta al resto de actividades de las empresas distribuidoras, como el trabajo en los almacenes o el suministro en los puntos de venta. También advierten de que, de persistir Repsol Butano en su decisión, se podrán suceder las interrupciones del reparto domiciliario en las próximas fechas.