El segmento más castigado es el del transporte pesado con una reducción de la flota de un total de 541 vehículos, mientras que en el ámbito del ligero han salido del mercado 222 vehículos.
En lo que respecta al parque de vehículos para el transporte público de mercancías, en Galicia ha bajado, en autorizaciones, el 9,85%. Un retroceso que se hace notar más en los vehículos pesados (10,68%) frente a los ligeros (7,5%), “resistiendo estos mejor la crisis”. Esto en cifras significa una reducción de la flota de 22.690 a 20.658 vehículos, en Galicia y de 7.286 a 6.523 en la provincia de Pontevedra.
El vicepresidente de ASETRANSPO, Ramón Alonso, afirma que “esto no es más que la consecuencia de las gravísimas circunstancias por las que atraviesan, a su vez, la industria y el comercio de la zona, como expedidores o consignatarios de esas mercancías que se transportan por carretera y cuyo consumo se ha minorado de manera tan considerable”.
“La reducción del consumo es más que evidente y el transporte de mercancías, en este sentido, actúa como un termómetro de la economía absolutamente fiable”, sentencia Ramón Alonso. “Y lo peor es que detrás de estas cifras hay muchos empleos. No sólo se destruye y altera el modus vivendi del empresario, sino el de toda su plantilla y las familias vinculadas a ésta. En muchos casos con el añadido de que se genera efecto dominó pues en el sector del transporte y la logística las empresas suelen estar interrelacionadas a través de las figuras de la subcontratación o la colaboración, al romperse de este modo la cadena logística se produce a su vez una sucesión de impagados que acaba con la dramática consecuencia del cierre o concurso”, concluye Alonso.