Hay que tener en cuenta que la práctica desregulación del mercado de transporte en Europa existente hasta la fecha, unido a los menores costes laborales y fiscales que se disfrutan en dichos países, ha fomentado el fenómeno de la “deslocalización administrativa” (que no real) de grandes empresas de transporte, las cuales, durante la última década, han trasladado su sede a dichos países del Este de Europa para poder continuar operando en los mismos mercados occidentales donde actuaban con anterioridad.
Para los países del Este, la aplicación del Paquete de Movilidad es crucial por la importancia que el sector del transporte ha alcanzado en estos países en los últimos años, tras su entrada en la Unión Europea entre 2004 y 2007. Así, por ejemplo, el volumen de negocios de la flota búlgara representó el 15% del PIB en Bulgaria, el 13% en Lituania, o el 11% en Rumanía, mientras que el de las flotas alemana y francesa representó menos del 2%, o en la española, en torno al 5%.
Así, sumándose a la iniciativa anunciada por otros países del Este (en concreto Lituania, Bulgaria, Rumanía, Malta, Hungría, Polonia y Chipre) ahora ha sido el Gobierno de Letonia el que ha comunicado de manera oficial que solicitará al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que impida la entrada en vigor de algunas de las disposiciones del Paquete de Movilidad, en concreto, la obligación del retorno de los camiones a sus países de establecimiento cada ocho semanas, así como las nuevas limitaciones al cabotaje.
Encuesta europea lanzada a empresas de transporte
En este sentido, el pasado mes de agosto la Comisión Europea lanzó una encuesta abierta dirigida a empresas de transporte y operadores logísticos de toda Europa para valorar el impacto de dichas medidas contenidas en el Paquete de Movilidad, que fue muy cuestionada en diferentes ámbitos por su tendenciosidad, al plantear una relación amplia de preguntas “teledirigidas” con el fin de poner en entredicho las bondades de dichas medidas.
De su resultado se pueden extraer datos interesantes que ayudan a comprender la realidad del fenómeno de la “deslocalización” y de las empresas buzón, que se domicilian de forma ficticia en países con menores costes sociales y fiscales pero sin actividad real en dichos países, ya que sus flotas se encuentran siempre deslocalizadas. La encuesta reveló, entre otros datos, que el 32% de los vehículos de transporte de las empresas domiciliadas en países del Este de Europa retornan una sola vez al año a dichos países, y que el 57% de los vehículos retornan menos de seis veces al año, frente a las empresas de transporte occidentales en las que el 100% de su flota retornan por encima de dicho período.
Cabe recordar que a esta “cruzada judicial” se ha sumado un país occidental (en concreto, Bélgica) que ha planteado un recurso judicial ante el Tribunal Europeo, pero en este caso sólo por la nueva regulación sobre el transporte de cabotaje, en concreto, la referida al “período de enfriamiento" de cuatro días antes de que se puedan realizar más operaciones de cabotaje dentro del mismo país.