Las causas de este comportamiento se deben al descenso de la producción industrial y el deterioro de la actividad constructora, tanto en España como en Portugal. Esto ha provocado un cierre de ejercicio de 16.550 millones de euros de volumen de negocio para el conjunto del mercado ibérico, lo que supone un 3,5% menos que en el año anterior.
Entre los segmentos que han mostrado mejor comportamiento destaca el internacional, tanto en España como en Portugal, impulsado por el comercio exterior de ambos países.
Por países, España registró un comportamiento menos favorable que el portugués, con un volumen de negocio de 13.900 millones de euros. La caída en Portugal alcanzó el 7%, situando su volumen de facturación en 2.650 millones de euros.
Para los analistas, el descenso de la demanda y la intensificación de la competencia entre los operadores del sector está provocando, en un contexto de altos precios de los combustibles, un estrechamiento de los márgenes de rentabilidad.
A corto plazo, se espera mantener la tendencia descendente de los ingresos, de forma que para 2013 se prevé un retroceso adicional del mercado del 1%.