El "Análisis de la relación entre el estado de conservación del pavimento, el consumo de combustible y las emisiones de los vehículos", realizado por la Asociación Española de la Carretera, ha puesto a prueba la calidad de la red vial española y su influencia en la contaminación ambiental. En el estudio se ha cuantificado, mediante pruebas reales, las diferencias de emisiones de un vehículo ligero y otro pesado circulando por una carretera en mal estado, primero, y en la misma recién pavimentada, después.
Los ensayos, llevados a cabo en un tramo de 46 kilómetros de longitud, confirman que, en el caso del vehículo ligero, las emisiones de CO2 disminuyen una media del 3,5% al circular por un asfalto bien conservado, llegando al 4% de reducción para el vehículo pesado.
Si el pavimento presenta un deterioro estructural importante, como grietas en las rodadas, baches, deformaciones, agrietamiento grueso, etc., los vehículos ligeros llegan a emitir hasta un 9% más de CO2 y un 6% más los pesados. Si el deterioro es superficial (agrietamiento fino, desintegraciones ligeras, descarnaduras, exudaciones), las emisiones se incrementan en un 5% para los ligeros y un 4% para los pesados.
Repavimentar la mitad de la red de carreteras españolas permitiría ahorrar 1,6 millones de toneladas de CO2 al año
Preocupación en el sector de la carretera
La Asociación Española de la Carreteras, en su última auditoría del estado de conservación de las infraestructuras viarias del país, fechada en 2018, estimaba que unos 53.500 kilómetros de carreteras en España (el 53% del total) presentan deterioros estructurales y superficiales importantes en el pavimento. Repavimentar estas vías durante los próximos 10 años (para lo que se necesitaría una inversión de 330 millones de euros) reduciría las emisiones de CO2 un 6%, el equivalente a lo que absorberían 120 estadios de fútbol llenos de pinos durante una década.
El estudio también concluye que una carretera mal conservada es una carretera en la que se dispara el consumo de combustible. Unos 600 millones de litros de carburante se consumen de más cada año como consecuencia del deterioro del asfalto.
Y no sólo eso: circular por una carretera en mal estado también pone en riesgo la seguridad, desgasta los neumáticos (un 3% en vehículos ligeros y un 2% en pesados) y puede provocar otros daños en el vehículo.
Como consecuencia de todo esto, la Asociación Española de la Carretera hace llamamiento a la necesidad y la urgencia de actuar en la mejora de la red viaria. De lo contrario, los objetivos climáticos a los que se ha comprometido el Gobierno español, que pasan por reducir las emisiones del transporte un 32% hasta 2030, no serán realizables.