En concreto, el riesgo de fallecer o resultar herido grave se multiplica por dos al comparar los accidentes ocurridos con vehículos de 10 a 15 años de antigüedad, con relación a los vehículos de menos de cinco años.
En la actualidad, la antigüedad media del parque de automóviles con menos de 25 años oscila entre los nueve años de los tractores industriales y los 14,2 años de los camiones de más de 3.500 kilos. Además, la antigüedad media del parque de turismos, que representa el 70% del total de automóviles, se sitúa en los 11,5 años.
Otro aspecto vinculado a la seguridad del vehículo y su contribución a la seguridad vial es la necesidad de mantenimiento del vehículo, que es proporcional a su antigüedad. Un vehículo con deficiencias en los sistemas de frenado, la suspensión, la dirección o los neumáticos es un vehículo más propenso a sufrir un siniestro.
Por todo ello, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y del resto de policías locales y autonómicas que se sumen a esta iniciativa, llevarán a cabo esta campaña de control, con el fin de contribuir a reducir los comportamientos y actitudes que implican un abandono de las condiciones óptimas del vehículo, en consonancia con las líneas de actuación que buscan incrementar el impacto de la vigilancia con relación a las conductas de riesgo.
En estos siete días, los agentes se centrarán en revisar el adecuado mantenimiento y puesta a punto de neumáticos, frenos, luces y señalización o ITV favorable, entre otros elementos.
Lo que se debe revisar
El adecuado mantenimiento de todos los elementos de seguridad del vehículo se convierte en una actividad imprescindible para combatir la siniestralidad. Es necesario prestar una especial atención al mantenimiento y puesta a punto de estos elementos:
Dirección: revísela si nota holguras, ruidos, vibraciones, dureza anormal al girar o desgaste irregular en neumáticos
Frenos: haga que le revisen pastillas/zapatas, discos y nivel de líquido de frenos
Suspensión: su deterioro es imperceptible, pero de ella dependen la estabilidad y capacidad de frenado
Neumáticos: compruebe la profundidad del dibujo (1,6 milímetros como mínimo), deformaciones, desgaste irregular y presión (en frío)
Luces: revise tanto los intermitentes como el alumbrado: deben estar en perfecto estado y bien regulados. Su finalidad no es sólo la de ver, sino también la de ser visto
Batería: no olvide revisarla si hay problemas al arrancar o ve sulfatados los bornes. Se encarga de dar vida a todos los elementos eléctricos del vehículo
Niveles y filtros: revise el nivel del líquido de frenos, limpiaparabrisas, aceite, así como la tensión de las correas y el estado de los filtros de aceite, aire y polen
Aire acondicionado: si enfría poco o se oyen ruidos al conectarlo, mande revisarlo. Además de aportar confort, disminuye la fatiga, lo que repercute en la seguridad
Lunas y limpiaparabrisas: compruebe el estado de las lunas y escobillas del limpiaparabrisas. Debe verificar que el parabrisas no presenta daño alguno, ya que es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo, en la eficacia del airbag y en la de ser soporte de cámaras y sensores de dispositivos de ayuda a la conducción
Inyección: Ante aumentos del consumo, tirones al arrancar o en marcha, haga revisar el sistema de inyección (carburación en vehículos antiguos)