
La formación dirigida a los conductores profesionales del sector del transporte por carretera es una de las facetas afectadas por la pandemia, teniendo en cuenta que dicha formación es imprescindible para poder continuar desarrollando su actividad profesional. Todos los conductores profesionales deben renovar cada cinco años de forma obligatoria su titulación profesional (el llamado CAP), lo que implica que, cada año, unos 100.000 conductores profesionales han de ser formados.
Pese a su resistencia inicial, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha accedido a la petición del sector de permitir que la formación CAP pueda impartirse de forma excepcional en modo virtual (on line), mientras dure la pandemia, siguiendo de esta forma las directrices del Ministerio de Sanidad de señalar la conveniencia de “priorizar, siempre que sea posible, las modalidades de formación a distancia y “on line”.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha accedido a la petición del sector de permitir que la formación CAP pueda impartirse de forma excepcional en modo virtual (on line), mientras dure la pandemia
La formación on line ha tenido un crecimiento exponencial durante el último año, en la que ha habido distintos organismos públicos que han apostado por dicha modalidad de formación por frente a la presencial, como es el caso de la formación para el empleo dependiente del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) , o la formación de conductores de transporte de mercancías peligrosas por parte de la Dirección General de Tráfico, habiendo demostrado ser eficaz y segura, además de aportar innumerables ventajas para los alumnos asistentes.
Para garantizar la correcta impartición del curso CAP, la norma que lo regule, que se aprobará en próximas fechas, exigirá que se utilice una plataforma de teleformación que acredite la existencia de una conectividad permanente entre el profesor y los alumnos, así como un registro de conexiones de la actividad desarrollada por todos ellos,. Además, deberá contar con un mecanismo que posibilite que los servicios de inspección puedan acceder en remoto a las clases que se están impartiendo en tiempo real, así como a los correspondientes registros de actividad, con el fin de comprobar la correcta ejecución de la actividad formativa.