
La verdad es que llevo en el transporte muchos años, empecé con mi padre, y ahora es mi hijo el que está trabajando conmigo, comenta Antonio López.
A la hora de valorar cómo se encuentra la actividad actualmente, nuestro protagonista lo tiene claro: las perspectivas este año no son nada buenas. Se está produciendo un parón económico, por lo menos a nivel nacional, que hace que haya menos movimiento de mercancías y, en consecuencia, de facturación. El pequeño comercio de toda la vida se está perdiendo en favor del e-commerce. Además, tenemos el problema añadido de que los precios que se están dando en el transporte son muy ajustados y apenas nos deja margen de beneficio, teniendo en cuenta también que, por ejemplo, Cáceres es una provincia muy grande y los costes de distribución son muy altos, asegura este transportista extremeño.
Así y todo los dos primeros meses del año han sido bastante flojos y si mis clientes no venden todo ello repercute en el transporte. La situación no está nada clara y aunque haya capacidad productiva no hay capacidad de venta, añade.
Pero los problemas que tiene que soportar el sector en la actualidad van mucho más allá, tal y como asegura Antonio López: estamos expuestos a muchos factores que son difíciles de controlar. Como muestra, tenemos establecidas unas tarifas anuales y luego llega el cliente y te deja tirado en cualquier momento aunque tengas contrato con él. Luego está el tema del gasóleo y sus continuos vaivenes en los precios. Pero lo que quizás más me preocupa tiene que ver con los conductores, en el sentido de que cada vez hay más falta de profesionales; tratan muy mal el vehículo e incluso les da igual si les ponen una multa. La cuestión es que siempre la responsabilidad recae en el empresario y eso no creo que sea justo. Luego, los seguros cada vez ponen más inconvenientes a la hora de renovar la póliza. A mi parecer, habría que crear una escuela de conductores profesionales y tener una bolsa para que los empresarios pudiéramos elegir a los más preparados.
Sea como fuera, Antonio López no pierde la esperanza de que las cosas vayan a mejor, aunque lo ve complicado; lo que hace falta es que haya ganas de trabajar y hacerlo de la mejor manera posible, porque hay buenos empresarios y también trabajadores.
Revista Transporte Profesional