En el último mes, la actividad de la empresa se ha visto alterada por las vacaciones de la semana santa (que este año han caído en abril).
Así lo explica su administradora, Almudena Domínguez: "al principio de mes, nos ha ido muy bien, pero la semana siguiente ha sido más floja. Hay que tener en cuenta que trabajar en industria no es como trabajar en plataformas de alimentación, que ahí siempre se mueve más."
En el sector industrial, durante la semana de las fiestas, las empresas han estado casi todas cerradas, porque la gente coge vacaciones. No les compensa abrir uno o dos días para luego cerrar.
Según Almudena, "el mes de abril se comporta como cualquier otro mes del año: como depende de cuándo cae la semana santa, se pueden notar ciertas diferencias. Lo que hemos tenido en los últimos años han sido vaivenes: el mes de mayo, que suele ser buenísimo, para nosotros, en los últimos mayos nos ha ido fatal. Así que, este año no sabemos cómo se va a presentar."
En su opinión, "el mercado está cambiando bastante. Antes estaban los meses muy controlados y sabíamos cuáles eran los buenos y los malos, pero ahora, depende mucho. Notamos bastante incertidumbre en el sector. Al trabajar en el sector industrial, las industrias de nuestros clientes han desaparecido en su gran mayoría, cerraron en plena crisis y no han vuelto a abrir. Por eso, en esta parte del transporte se nota un poco más. El consumo se ha reactivado y, por tanto, lo que son plataformas de alimentación, se está moviendo mucho más. Incluso, por lo que me han comentado, también hay más gente que sale a Europa a llevar mercancías."
Almudena asegura que en este sector se nota todo: si la economía va bien, las elecciones, etc. "Nosotros, que trabajamos para la automoción, hemos notado que se ha visto muy afectada (sobre todo, desde el mes de septiembre que comenzó la guerra contra el diésel). Muchas plantas han bajado su ritmo, y también se nota mucho. Al estar debajo del todo, somos los primeros en notar los vaivenes de la economía. Entonces, la incertidumbre es total."
Ahora, la administradora de Ludoga asegura que la empresa va sobreviviendo: "de los precios, que siguen a la baja, el gasoil, con el despunte que tiene muchas veces rechazamos viajes porque no cubrimos márgenes. No interesa sacar un vehículo por los gastos que tiene: arrastre, gasóleo, etc. Todo sube (coste del taller, mantenimiento, conductores) pero nosotros, cada vez, bajamos más."
Revista Transporte Profesional