La Confederación considera que es una medida "tremendamente discriminatoria, fruto de la obsesión que existe en Europa por reequilibrar de forma artificial el actual reparto entre los distintos modos de transporte, como demuestra el hecho de que el transporte por ferrocarril se encuentre entre los sectores que pueden resultar exceptuados de esta propuesta".
En su opinión, "se trata de una medida inflacionista que afectará especialmente a España, al tratarse de un país periférico, reduciendo la competitividad de nuestros productos frente a los de otros países. En consecuencia, además del transporte por carretera, se verán muy perjudicados por esta propuesta otros sectores como la construcción, industria, automoción, agricultura, textil, etc.".
La CETM reclama a las instituciones españolas y europeas un trato más justo para un sector "que se esfuerza en aportar un servicio flexible, seguro y puntual, que transporta el 85% de los productos que se consumen cada día, lo que le posiciona como una pieza clave para el desarrollo económico y social de España, algo que las erróneas políticas de transporte están omitiendo en estos momentos".