Pese a que la Ley de la Morosidad establece que el pago máximo es de 30 días desde la fecha de prestación del servicio, y de 60 días si hay pacto entre las partes, las empresas cargadoras españolas tardan en pagar a sus proveedores transportistas una media de 92 días. Así sucedió el pasado mes de septiembre, según los datos que recoge el Observatorio Permanente de la Morosidad y los Pagos de la Fundación Quijote para el Transporte.
También se comprueba que el 77% de los pagos que realizan las empresas incumplen la legislación vigente, una norma que no cuenta con sanción en caso de incumplimiento. Durante el pasado año, el plazo medio de pago anual fue de 85 días de media.
En cuanto a la modalidad, el medio de pago mayoritario usado por los clientes de los transportistas fue el confirming y el pagaré (ambos con un 38%), seguido de la transferencia (23%) y el cheque (1%).