Javier de Mauricio ha dejado una profunda huella en el sector del transporte, al que dedicó todos sus esfuerzos e ilusiones. Hombre extremadamente afable, inteligente, dotado de un ingenio poco común y de una arrolladora personalidad, De Mauricio supo conjugar siempre estas cualidades, tanto en su trayectoria profesional como vital. Un fuerte abrazo, Javier, de todos los que componemos esta redacción, pues tuvimos la suerte de trabajar a tu lado.
Y nuestro más sentido pésame para su familia y amigos.
Lo conocí, y compartí con él muchas charlas y también comidas, siempre aprendí y me enseño mucho,, era una persona buenísima, y un trabajador nato, siempre disponible y accesible. te echaremos mucho de menos. Una persona para recordar y de las que no se deberían morir nunca.. un abrazo a su familia.