El texto que contemplaba el endurecimiento de las penas relacionadas con el uso del móvil al volante y otras conductas imprudentes que acarrearían una pérdida mayor de puntos debía ser aprobado por las Cortes, que se disolvieron el 5 de marzo.
El uso del móvil durante la conducción es una de las cuestiones más preocupantes, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de la distracción que con mayor frecuencia se da. Usar el móvil resulta tan peligroso como conducir borracho, en concreto equivale a conducir con un gramo por litro de alcohol en sangre, el doble de lo permitido.
Después de un minuto y medio hablando el conductor deja de percibir el 40% de las señales.
Otras imprudencias cuya penalización pensaba endurecerse, y que ahora tendrán que esperar, son: no llevar puesto el cinturón de seguridad, el sistema de retención infantil y el casco. También se contemplaba la obligación de sacarse un carnet específico y regular los patinetes y otros vehículos de movilidad personal.