Este sistema funciona por medio de dispositivos incorporados en los vehículos que permiten interpretar el entorno (señales de velocidad, presencia de peatones, ciclistas y motoristas) y proteger así a los usuarios más vulnerables del espacio público.
Los dispositivos emiten información que permitirá identificar puntos de riesgo en la ciudad para la mejora de la infraestructura viaria y recoger datos para avanzar en la investigación y el desarrollo del vehículo autónomo.
El objetivo de Autonomous Ready es reducir de forma drástica la siniestralidad en entornos urbanos.
Durante 2019, está previsto que se instalen 530 sistemas más en vehículos de flotas y 105 en autobuses urbanos y continuar trabajando hasta implementarlo en 5.000 vehículos, cuyo ámbito de circulación sea la ciudad de Barcelona.
En el proyecto Autonomous Ready puede participar cualquier flota pública o privada.