
Todo ello atendiendo a criterios de tamaño, actividades de tipo transnacionales o interconexiones con el resto de entidades financieras en particular y con el resto del sistema financiero en general. También es importante para determinar si un banco es sistémico o no la celeridad con la que se pueden remplazar sus servicios en caso de liquidación del mismo.
En la actualidad, dentro del entramado financiero español existen cinco bancos sistémicos; a saber: Banco de Santander, BBVA, Banco Popular, CaixaBank y precisamente Bankia. Ocurre que estas entidades están obligadas a contar con una solvencia probada, que es lo mismo que decir que deben disponer de un capital y unas reservas mayores a las que tienen el resto de bancos.
A nivel global o mundial, a día de hoy existen 29 bancos sistemáticos –en una lista emitida por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB)-: 17 europeos, 8 norteamericanos, 3 japoneses y un chino. Entre todos ellos, únicamente el Banco de Santander tiene el “honor” de ostentar esta categoría.
Hay que destacar que el Banco Central Europeo (BCE) aplicó hace unos meses un recargo mínimo de un 1% del incremento de su capital para reforzar la solvencia de los mismos, condiciones de solvencia que, por otro lado, vienen impuestas por las normas internacionales de Basilea III.
Hablamos de un marco internacional por el que se ponen en marcha un conjunto de reformas para dar respuesta a la profunda crisis financiera actual y que tiene como objetivo fundamental evitar que ésta se repita. Se trata, fundamentalmente, de que los bancos cuenten con más y mejor capital.