
El objetivo de comunicar de forma adecuada es hacer que todos interioricemos y pongamos en valor a un sector tan determinante para la economía de un país.
La invisibilidad del trabajo cotidiano hace que no se aprecie. ¿Alguien se pregunta la cadena humana que hay trabajando hasta que recibimos una mercancía en nuestro domicilio? ¿Acaso nos paramos a pensar cuál es el servicio que nos está prestando ese camión que nos retrasa nuestro viaje en carretera y que hasta, a veces, le maldecimos por ello? Son preguntas retóricas pero que deberían invitarnos a la reflexión.
Muchas actividades del transporte como la logística, el mantenimiento de infraestructuras, las operaciones nocturnas, etc., ocurren “detrás de la escena” y no son directamente visibles al público.
La gente tiende a dar por sentadas que las redes de transporte, que permiten que bienes, personas y servicios estén disponibles, sin reflexionar sobre los esfuerzos que ello implica
Se asume que el transporte es una parte intrínseca del día a día y no se valora lo suficiente como una actividad crítica o decisiva. Solo se nota cuando algo falla, cuando hay un retraso, un cierre de ruta o una huelga. Es ahí cuando nos damos cuenta. De hecho, aplaudimos a los profesionales del transporte durante la pandemia, pero ya se nos ha olvidado. La percepción de servicio básico o rutinario no ha llegado a la sociedad con la fuerza que este sector merece o necesita. Es inexistente.
Si lo comparamos con otros sectores como la tecnología o la medicina, que están vinculados a innovaciones más palpables y que tienen más repercusión mediática y social, el transporte parece menos glamuroso, pero no lo es. Es un sector mucho más atractivo de lo que muchos se piensan.
A menudo, las empresas de transporte no lanzan mensajes para comunicar adecuadamente la importancia de su labor ni el impacto positivo que tienen en la sociedad, y esto lleva a una falta de comprensión y de valorización del papel estratégico que juegan en la economía, en el comercio y en la vida cotidiana de todos.
El transporte es una columna vertebral invisible de la sociedad y su reconocimiento pasa por hacer visible esta realidad
A través de las empresas y los medios de comunicación, de las instituciones públicas y de las propias plantillas de trabajadores, debemos esforzarnos por cambiar esa percepción y darle valor a esta industria.
La educación y visibilidad para dar a conocer el impacto económico y social del transporte puede ayudar a generar respeto por el sector. Igualmente, establecer políticas que mejoren las condiciones laborales y destaquen las habilidades del personal, llevaría un mayor reconocimiento profesional.
Cuando hablamos de sostenibilidad no solo nos referimos al medio ambiente, algo por el que el sector transporte trabaja duro por reducir emisiones, nos referimos también al respeto por el entorno, y aunque no nos demos cuenta, o no queramos hacerlo, este ámbito de la economía se merece toda la consideración y todo el aprecio.